Tratamiento para la atopia
La atopia es una condición hereditaria que resulta de una respuesta alérgica a bacterias, virus o incluso hongos
La atopia generalmente se considera una condición crónica o intermitente y se caracteriza por una reacción excesiva o persistente a un alérgeno en particular. Puede ser crónica debido a repetidos brotes de alergia; también puede ser intermitente, como resultado de un solo episodio.
Los síntomas atípicos de la atopia incluyen picazón en la piel, enrojecimiento, descamación, hinchazón o sangrado en el lugar de contacto con un alérgeno. Algunos niños atópicos tienen erupciones cutáneas similares al eccema, generalmente en un grupo en el sitio de contacto, pero también pueden desarrollar urticaria. El eccema atópico suele desaparecer a los cuatro años, pero es un problema de salud de por vida para algunos pacientes con atopia.
La atopia puede ocurrir en cualquier género y raza. Aproximadamente el 50 por ciento de los niños con atopia son varones. La atopia se puede transmitir de una generación a la siguiente mediante la exposición a los mismos alérgenos. Se desconoce el vínculo genético exacto entre padre e hijo atópicos, pero se cree que es hereditario.
Algunos niños con atopia no tienen un historial claro de alergias, mientras que otros tienen antecedentes familiares de alergias. El alérgeno más común es el polvo. Las reacciones tóxicas más comunes son reacciones alérgicas a animales, pájaros e insectos. La atopia también puede ser causada por alergias a los alimentos o las mascotas. Las reacciones alérgicas también pueden ser causadas por el contacto con un fármaco, irritante o sustancia ambiental.
Si el eccema atópico u otros tipos de problemas cutáneos atópicos no se tratan en la infancia, pueden volverse crónicos en la edad adulta. Las personas con afecciones atópicas tienen un mayor riesgo de desarrollar afecciones alérgicas crónicas en el futuro. Tienen más probabilidades que las personas normales de tener asma o fiebre del heno. También tienen un mayor riesgo de desarrollar fiebre del heno, rinitis u conjuntivitis. o. Estas afecciones pueden causar problemas de visión y audición.
La mejor manera de evitar que los niños atópicos desarrollen problemas de salud graves más adelante en la vida es el diagnóstico temprano. Es importante poder diagnosticar la atopia si su hijo la tiene antes de convertirse en adulto. Hay una variedad de pruebas atómicas que puede hacerle a su hijo. El médico de su hijo también puede ayudarlo a determinar si tiene atopia mediante una prueba de alergia oral u otras pruebas.
El tratamiento de las enfermedades atópicas depende de si la afección es leve o grave. Las opciones de tratamiento pueden incluir medicamentos, productos naturales e inmunoterapia. Las vacunas contra la alergia se pueden administrar como medida preventiva o para brindar alivio cuando ocurre una alergia. Para las personas que pueden tolerar los medicamentos recetados para la alergia, se pueden recetar corticosteroides o antihistamínicos.
Para la mayoría de los niños atópicos, las cremas con corticosteroides, las gotas para los ojos u otros medicamentos que contienen esteroides serán la primera línea de tratamiento. Para los casos más graves de eccema atópico, se pueden recetar inmunomoduladores o inmunosupresores. En casos extremos, se pueden recetar medicamentos como medicamentos inmunosupresores. El tratamiento más importante para los niños atópicos es mantener el entorno del niño lo más libre de alérgenos posible. Evitar las sustancias que desencadenan la atopia puede resultar difícil si los niños atópicos son muy activos o juegan al aire libre.
Si a su hijo se le diagnostica problemas cutáneos atópicos, se le tratará de acuerdo con el tipo específico de dermatitis atópica que tenga. Algunos tipos de atopia se conocen como "eccema alergénico", mientras que otros se denominan dermatitis atópica "no alergénica". Los tipos comunes de dermatitis atópica son la atopia causada por ácaros del polvo, moho y otros irritantes; dermatitis atópica causada por antecedentes familiares de alergias, como eccema; dermatitis atópica causada por una dieta alta en alergias, como la matricaria o alergias a los alimentos; y eczoonatitis atópica causada por una deficiencia de vitamina E.
El tratamiento de la dermatitis atópica depende del tipo específico de dermatitis atópica
Al tratar los problemas de piel atópica, los médicos pueden usar uno de varios métodos que incluyen cremas o ungüentos tópicos con esteroides, medicamentos orales y otros métodos naturales como jabón hipoalergénico, vitamina E y zinc. Se pueden recetar inyecciones antialérgicas o inmunoterapia para casos graves de dermatitis atópica.
La mejor manera de prevenir las afecciones cutáneas atópicas es evitar la ingestión de alérgenos. Esto se puede hacer bañándose y limpiando la piel con regularidad. Muchas personas también usan un tipo especial de toalla o gorro de ducha para mantener el área limpia después del baño. Algunos alérgenos, como el polen y la caspa de las mascotas, pueden quedar atrapados al bañarse regularmente.
Para los casos más graves de niños atópicos, se deben tomar medidas más agresivas para evitar que se desarrollen más problemas. La medicación puede brindar alivio a algunas personas. Hay algunos productos naturales que se sabe que alivian los síntomas de la atopia y ayudan a prevenir la aparición de otros nuevos.
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