Anemia devoradora de cerebros
Naegleria Fowleri, comúnmente conocida como la "ameba devoradora de cerebros", es una especie muy común de la clase Naegleria en la familia Percolophora. Esta especie es originaria de las islas del Pacífico, especialmente Hawai, pero también se ha registrado en Australia y, en ocasiones, en el Caribe. En general, este es un miembro del suborden depredador Caudata, con solo otros dos miembros (la sanguijuela y el camarón mantis) que pertenecen a subfamilias.
Este organismo está estrechamente relacionado con Echinococcus faecalis. Es anaeróbico (sin respiración aeróbica), lo que significa que solo vive en el agua y no tiene productores de procariotas (bacterias) ni eucariotas (orgánulos). Lo más llamativo característico de las amebas que se alimentan del cerebro es que son completamente amorfas, es decir, no tienen una superficie dura, sino que tienen una capa exterior cerosa. Si bien son una buena ilustración de los organismos amorfos, es importante recordar que en realidad no son amorfos en absoluto, están formados por células proteicas.
Las células de la cubierta exterior se especializan principalmente en generar señales electroquímicas que estimulan el disparo de las neuronas del cerebro. Las neuronas específicas generadas por las amebas dependen de la región del cerebro que es atacada por las amebas.
En un estudio reciente, un equipo de investigadores de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda utilizó un microscopio para estudiar la estructura interna de la ameba que se alimenta del cerebro Naegleriella fowleri. Descubrieron que los cuerpos de estas células son muy complejos y contienen altas cantidades de colesterol, así como proteínas, glucógeno y otros lípidos. Las proteínas son especialmente interesantes: son exclusivas de este organismo y se encargan de realizar algunas funciones específicas de la célula. Los investigadores concluyeron que las proteínas en estas células son esenciales para la supervivencia y el crecimiento celular, y parece que estas proteínas son responsables de producir estos lípidos.
Además de los lípidos, las amebas pueden utilizar estos lípidos para unirse a las neuronas y transportarlas a otras partes del cuerpo
Estos lípidos pueden liberarse en el torrente sanguíneo, donde pueden unirse a diferentes nutrientes y grasas y ser absorbidos por otras células, lo que permite que las células crezcan. Este proceso puede ser muy eficaz, sobre todo en momentos en que el metabolismo celular de las células se ralentiza.
Una vez que los lípidos se han unido a los nervios, las amebas continúan produciendo sustancias químicas que estimularán a las células nerviosas para que produzcan más dopamina, norepinefrina y otros neurotransmisores. Una vez que se producen estas moléculas, las células liberan sustancias químicas llamadas acetilcolina en el sistema, estimulando así las células nerviosas para que las neuronas liberen neurotransmisores. Este proceso produce un estado llamado neurotransmisión.
La neurotransmisión a través del cerebro, a su vez, da como resultado la comunicación entre las células nerviosas y el centro de recompensa del cerebro. A medida que continúa el proceso, el cerebro puede transmitir información a varias partes del cerebro y proporcionar información a varias partes del sistema nervioso.
Las amebas tienen solo un par de axones. Los axones son los haces de pequeñas ramas que forman las neuronas que envían mensajes de una célula a otra. Las amebas también utilizan la bicapa lipídica para unirse a las neuronas y llevar a cabo el importante proceso de neurotransmisión.
Lo que los científicos han observado es que las amebas tienden a crecer en la superficie de las células nerviosas y en las membranas de las bicapas lipídicas. Esto puede hacer que las amebas penetren en la membrana externa de estos tejidos y entren en el cerebro, causando así daño a las neuronas.
Los investigadores creen que los lípidos de las amebas son la causa de que las amebas las coman
También piensan que las amebas pueden causar la amebiasis al introducir un parásito en el cuerpo que se alimenta de los lípidos. Ahora están realizando pruebas para tratar de determinar qué amebas pueden identificarse como portadoras de este organismo parásito.
Los científicos se han dado cuenta de que hay muchas cosas que pueden contribuir a la amebiasis, y la ameba que come el cerebro puede ser una de ellas. Sin embargo, las amebas pueden morir si se abordan las condiciones antes de que causen daños.
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